DAN BAIRD SATISFACTION. Crónica concierto Madrid - Boite Live - 31/10/2019

En una noche de fiesta tan norteamericana como Halloween, empezó la nueva gira por España de cuatro músicos formidables.

No aparecieron sobre el escenario rastros de las toneladas maquillaje que recorrían las calles madrileñas. Tampoco se esperaban fantasmas ni fantasmadas, aunque la noche resultaba propicia. Ni siquiera el mejor fondo de escenario de los locales de conciertos de la ciudad, la pantalla triple de la sala Boite, se encendió. 

Como en una némesis irónica, en la noche de la apoteosis de la decoración recargada, del artificio y la máscara, cuatros tipos se subieron al escenario sin más ayuda que sus instrumentos y una sonrisa, sin pintar, que invitaban al optimismo.

Aquellos que recuerden la última visita de este cuarteto de lujo a Madrid fueron testigos de un pequeño malestar porque no pudieron seguir tocando un rato más. Esta vez no iban a perdonar un minuto. 

Los pocos que quedaban en la calle Tetuán apurando la caña o el pitillo desfilaron en cuanto sonó la primera nota. Dos horas y diez minutos después, salían al mismo lugar con una sonrisa de oreja a oreja. Ni Willem Defoe, ni Joaquín Phoenix en Joker. Solo corrillos para comentar la jugada y la satisfacción de haber invertido inteligentemente la pasta y el tiempo.

Dos horas y media después, agotados, sedientos y felices, cuatro tipos se recostaban un rato en los sofás rojos de la sala Boite. No solo habían tocado, habían estado charlando, firmando discos o haciéndose fotos con todos y cada uno de los fans que se acercaban. La cercanía y la amabilidad de Warren E. Hodges, la estupenda presencia de Mauro Magellan, y la elegancia de Sean Savacool se funden con ese carisma limpio que desparrama Dan Baird subido al escenario o mientras despacha merchandising dandole a cada fan su momento, su pequeña charla o su recuerdo.

Como en cada bolo que disfrutamos de este clásico visitante de nuestras salas nunca hay un listado de canciones, ni falta que nos hace, la verdad. Su repertorio les permite ir improvisando temas sin tregua y sin las bajadas de intensidad habituales entre sus compañeros de profesión. Sin embargo, nunca he escuchado quejas a posteriori echando en falta tal o cual canción.

Infaliblemente, en algún momento de la actuación, Warren liderará las voces mientras veremos a Dan disfrutar de lo lindo. Mauro seguirá siendo el batería con menos adornos y la mayor bestia parda con su sonrisilla de eterno adolescente, como si no le costara, mientras crea con Savacool un cimiento rítmico más americano que Joe Montana.

Todas las noches lo cambian todo, para que todo siga igual: repartiendo riffs magistrales sin barroquismo, soplando el viento de la música americana con sus múltiples raíces, evangelizando el rock and roll en nuevas/viejas ciudades.

Lo más novedoso de este Halloween inolvidable fue la ausencia casi absoluta del virus más dañino para el aficionado a los conciertos: l@s charlas, esa gente. No estaban o se habían disfrazado de aficionados a la música. Reconozcámoslo, con tanto talento y tan buena compañía, tampoco es que fuera su nicho. Aunque muchos les deseamos uno bien profundo, y sin música.

Larga vida al rock DAN roll

Joe Wild


Cortesía de Cayetana Álvarez

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