El rock’n’roll según quien hable
de él puede tener una definición u otra. Cada uno de nosotros tenemos un
concepto, a veces, muy particular, y que nada tiene que ver con el del amigo
con el que disfrutamos de mil conciertos interpretando matices diferentes. Pero
al final, cuando alguien presencia un concierto en el que ha disfrutado como un
enano, llega, al igual que el resto de los que lo viven con él, a la conclusión
de qué aquella ha sido una noche de buen rock’n’roll.
Básicamente esto es lo que me
pasó el sábado pasado en Fun House. Con un cartel en el que se incluían muchos
de los ingredientes para lo que a priori sería una buena noche de la mejor
música underground, confirmé tras el
show, que había disfrutado de lo lindo, en un ambienté festivo y alegre, cómo
no podía ser de otro modo.
La noche comenzó de manera
inmejorable con The Malditos, magos en conectar con la audiencia en menos que
canta un gallo. Y es que, estos tíos lo tenían muy de cara, ya que arrastran a
un grupo de incondicionales que forman parte de su propio espectáculo. No es
raro, si les ves en directo ¡seguro que repites! Desprenden un buen rollo sobre
las tablas que trasmiten de inmediato a la concurrencia, mezclando géneros que
fluyen alrededor de una piedra angular, que en este caso es el rock’n’roll de
vieja escuela, invitando al movimiento desenfrenado con tonadas surf, melodías
infectadas del garage más cavernario o versiones de clásicos interpretadas en
tono de twist. Una auténtica fiesta, que todo el que la presencia quiere
participar de ella.
Presentaron algún tema de lo que
será su nuevo trabajo, que previsiblemente verá la luz durante este año,
mostrando una fluidez sobre las tablas que es otra de las claves de su éxito. Desde
la última vez que los vi han mejorado notablemente, mostrándose como una banda
muy compacta, hecha para el disfrute propio y ajeno, con buenas composiciones,
ejecución sobresaliente y un carisma innegable.
Con un ambiente más que caldeado,
aparecieron The Smoggers sobre el escenario. Con formación nueva, Ana ha dejado
las baquetas para pasarse a un precioso órgano Vox y entrando Goyo para
aporrear los parches, se presentaban en Madrid con un trabajo nuevo bajo el
brazo, “Shadows In My Mind”, editado
por la disquera alemana Soundflat Records.
En el momento en que les ves
puedes intuir de qué va a ir la cosa: collares de huesos, guitarra Phantom, Chelsea
boots… pero cuando empiezan a descerrajar temas, te das cuenta de que lo que
vas a presenciar supera los mejores presagios. ¡Garage punk old school en toda
regla! Fuzz crudo entremezclado con compases de teclado y aullidos carvernarios. Han sabido recoger como
nadie en este país, las esencias de los grandes del género, llevándoselo a su
terreno pero a la vez siendo muy estrictos, entiendo que fieles a ellos mismos,
para presentar una música que se interpreta en una sola dirección.
Desgranaron gran cantidad de temas del trabajo que presentaban, incluidas versiones, y sí me tengo que quedar con alguno, vamos por intentar destacar dos o tres sobre la notable lista que descargaron, me quedo con “Garage Woman”, tengo la melodía grabada a fuego en mi mente, el fabuloso “I Got You Baby” o el tema que da título al álbum “Shadows In My Mind”, que se presenta como una dulce balada del más puro rhythm & blues punk. Por momentos te acuerdas de todos esos grupos que han hecho grande este género, siguen su estela muy de cerca, con la frescura y salvajismo de quién parece que empieza, pero vislumbrándose desde el primer instante, que lo que realmente sucede, es que disfrutan cómo nadie de la música que interpretan y son unos majaretas apasionados de la misma.
Desgranaron gran cantidad de temas del trabajo que presentaban, incluidas versiones, y sí me tengo que quedar con alguno, vamos por intentar destacar dos o tres sobre la notable lista que descargaron, me quedo con “Garage Woman”, tengo la melodía grabada a fuego en mi mente, el fabuloso “I Got You Baby” o el tema que da título al álbum “Shadows In My Mind”, que se presenta como una dulce balada del más puro rhythm & blues punk. Por momentos te acuerdas de todos esos grupos que han hecho grande este género, siguen su estela muy de cerca, con la frescura y salvajismo de quién parece que empieza, pero vislumbrándose desde el primer instante, que lo que realmente sucede, es que disfrutan cómo nadie de la música que interpretan y son unos majaretas apasionados de la misma.
Ahora y como viene siendo habitual, se van de gira por Reino Unido y Alemania, a la búsqueda de audiencias ávidas del garage punk ochentero mejor interpretado que he podido presenciar en tiempo, y a triunfar, porque no me cabe duda que saldrán por la puerta grande.
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