Tras la gira que les trajo el
pasado año por nuestros escenarios presentando su segundo disco de estudio “Another Summer Of Love” (Alive Naturalsounds Records 2017), a los
angelinos Gospelbeach se les puso
entre ceja y ceja el no parar de componer para producir un tercer disco y
volver cuanto antes a la carretera. A finales de 2018 veía la luz “Another Winter Alive” también editado
por Alive Naturalsounds, artefacto
de diez temas con seis nuevos pildorazos, que mezclaba estudio y versiones en
directo. Y en octubre de éste mismo año salía al mercado su tercer trabajo
netamente de estudio y cuarto en su carrera “Let It Burn” (Alive
Naturalsounds Records 2019).
Álbum muy esperado, ya que
marcaba el regreso a la banda de Brent
Rademaker ni más ni menos que de uno de los colaboradores habituales de
éste, el magnífico guitarrista y miembro
original Neal Casal. Por desgracia,
antes de su lanzamiento, todo se vio trastocado debido a la trágica muerte de Casal, hecho que supone una enorme
pérdida, dejando una sombra gigante sobre la música y convirtiendo éste trabajo
de Gospelbeach en su obra póstuma.
Entrando en materia, nos
encontramos, como en sus anteriores trabajos, ante un disco sublime. Desde la
canción que abre el disco, sabes que te espera un verdadero placer. “Bad
Habits” se desarrolla lentamente, vislumbrando melancolía, llevándonos del
sonido trovadoresco de Laurel Canyon a un final explosivo de puro Americana
estilo Costa Oeste. Con un solo de guitarra en el que te balancearás, queda
patente desde el primer acorde el buen gusto por las melodías y lo buenos
compositores que son.
Sin darte cuenta estás inmerso en
un bálsamo musical que te acuna y del que no deseas salir. La luz musical que
desprende este disco te abduce con un sonido que pocos grupos han sabido
recrear después de aquellos maravillosos grupos californianos de finales de los
sesenta, principio de los setenta o los más tardíos inmersos en el Paisley
Underground como lo hacen aquí Gospelbeach.
“Dark Angel” tributa al desaparecido Petty y “Fighter” nos emociona dramáticamente con zarpazos de puro
rock’n’roll. El columpio doo wop de “Unswung”
nos mece divertidamente entre las teclas de un piano juguetón sacándonos por un
instante de la hipnosis para volver irremediablemente a través de “Good Kid” a ese estado de relajación y
disfrute a través de melodías altamente adictivas.
Con “Baby (It’s All Your Fault)” o la más movidita “Nothing Ever Changes” encontrarás ese anhelo que te golpea el corazón,
la sensación de las olas salpicándote la cara, el disfrute de gritar y sentirte
vivo. Para acabar con el título que da nombre al disco “Let It Burn” con el que vuelven a coros melodiosos que no querrás
dejar de escuchar, inyectándose en tu cerebro, provocando el volver a pinchar la
aguja de tu giradiscos desde el principio una y mil veces más.
Tal vez sea mi reacción contra la
electrónica homogeneizada del pop y otras músicas similares, pero que gusto dar
con discos como éste, repleto de composiciones clásicas, con la seguridad de
que Rademaker posee un oído bien
educado y deseando que tal vez, ahora es el momento para que una nueva
generación reaccione, lo acepte y lo desarrolle.
Estarán de gira en febrero de
2020 y éstas son las fechas y ciudades por donde pasarán:
12/02 – Rock &
Blues Café, Zaragoza
13/02 – Rocksound,
Barcelona
14/02 – Loco Club, Valencia
15/02 - Sala Caracol, Madrid + Germán Salto
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