Crónica primer Ritmo y Pelusa! - The Morlocks, The Royal Roosters y The Dirty Coal Train - 23/04/2016 - Gruta'77 (Madrid)
Poca audiencia para un cartel de quitar el hipo,
pero bueno, seguid llenando Estadios para no ver ni escuchar nada dejándoos un
pastizal, que mientras tanto algunos, seguiremos disfrutando de conciertos
enormes de forma privada a precios asequibles…
Lo del pasado sábado en Gruta’77 fue descomunal,
éxtasis en estado puro, tres pedazo bandas generando Ritmo y Pelusa de manera
brutal! Abrieron la noche los portugueses The Dirty Coal Train, los “tapados”
del cartel, muy reconocidos en su país de origen, venían con su séptima
referencia de estudio calentita, “Super Scum (Groovie Records – Marzo 2016) bajo
el brazo. Pues bien, tardaron aproximadamente un minuto en destaparse como unas
auténticas bestias de garage crudo, cavernario, punk, salvaje. La temperatura
de la sala subió en cuestión de segundos alentada por el poderío de los tres
lisboetas de adopción: Beatriz Rodrigues a la voz y guitarra, Ricardo Ramos
también a la voz y guitarra y el nuevo batería, Carlos Mendes, proveniente del
combo The Twist Connection.
Su actitud sobre las tablas recuerda a los más
salvajes del género, con dos guitarras y una batería más que sencilla, ¿quién
necesita bajista? ¡Desde luego ellos no!
Pura rabia, por momentos muy cercanos al punk sin remilgos, sus composiciones
son soberbias pero salen muy reforzadas por su interpretación en directo. Temas
como “VS” o “4 psalms” te dejan literalmente agotado por su puesta en escena,
con una Beatriz a lo Kim Gordon (Sonic Youth) que hipnotiza con sus guitarrazos
de ultratumba. ¡Qué manera de hacer rock’n’roll! Y para terminar, una guinda en
toda regla. Se marcaron la que para mí es en estos momentos junto a la de Wau y
Los Arrrghs!!! la mejor versión del “Demolición”
de Los Saicos. ¡Qué barbaridad! Y… ¡Que pedazo sonrisa se nos quedó!
Con el campo bien abonado, salieron a la palestra
The Royal Roosters, sin duda alguna la banda de frat-rock del momento. Su
mezcla de estilos amparados en las más genuinas raíces de la música negra,
hacen que se te vayan los pies inconscientemente. Su receta, mucho rhythm &
blues, instrumental y cantado, música jamaicana de los 60’s y diversión desde el
escenario. El maestro de ceremonias, Rudy King, tira del público cómo nadie y
cuando desaparece de escena, ahí está Esteban “Beatboy” para cubrir los
espacios con humor. Con un público muy bailongo, la sala se convirtió en un
jolgorio total y fueron desgranando temas qué cada vez nos resultan más
familiares: “When the roosters coming to
town”, “Teenage love”, “Let the good times roll”, “Rock del gallito” o “Come see about me” hicieron las delicias
de la concurrencia, sin relajar en ningún momento el pistón.
Los tíos saben cómo conectar con la audiencia, su
música, y aquí no soy objetivo, es buenísima. Después del concierto hablando
con ellos me decían que sólo intentaban ejecutar las piezas de aquellos
negratas de los 60’s que llevaban escuchando toda la vida, pero que distaba
mucho del resultado original. Aquí tengo que decir, que estoy bien empapado de
toda aquella música y que sí bien es cierto, su sonido es más actual, no tienen
nada que envidiar a sus maestros. Para el final dejaron “I can’t breath”, cara A de su flamante single editado a finales del
año pasado por Soundflat Records (ojo, pieza de coleccionismo en breve, sino al
tiempo) y “Monkey”, tema festivo que me
recordó a los mejores Madness.
Y tras hacerse de rogar más de lo normal,
apareció en escena Leighton Koizumi y sus Morlocks de Düsseldorf, para
reventarnos como mandan los cánones. Desde mi punto de vista, creo que el
reconocimiento a esta banda se basa en que tras ser precursores del revival
garage-punk ochentero en la Costa Oeste americana y desaparecer de mapa durante
una larguísima temporada, su vuelta a los estudios en 2008 con el disco “Easy Listening For The Underachiever” fue algo sublime. Se supieron adaptar a los
nuevos tiempos con temazos que no dejaron escapar el sábado como “Sex
Panther”, “Teenage Head” o “You Burn Me Out”. El Sr. Koizumi
es un auténtico showman, protagonista indudable en un directo donde se deja
acompañar por la flor y nata del garage centro-europeo. Pudimos reconocer
fácilmente a la sección rítmica, ya que
Rob Louwers (batera) y Oliver Pilsner (Bajo) han acompañado alguna vez al
incombustible Protudi en sus andanzas europeas.
Auténticos
maestros en lo que hacen, su descarga de rock’n’roll de ultratumba te deja
patidifuso. Emanan esencia a marihuana y bourbon, y la trasportan desde el
escenario hacia el público provocando momentos de auténtica catarsis. La peña
flipa, baila, salta, grita, enloquece… Pura saña barriobajera que aflora a
través de clásicos como “My Friend The Bird” "Body Not Your Soul" o “I Don’t Do
FuneralsAnymore”, se mezclan con pildorazos de nuevo cuño, “Time To Move”
y “Hang Up”, para demostrarnos que siguen en plena forma compositiva. Y
por si fuera poco, entre canción y canción te hacen reír como pocos. Para la
Historia queda una de las frases que se marcó en perfecto castellano el Sr.
Koizumi después de sacarse a lo Nadal el pantalón de la raja del culo: “¡Como
molestan estos pantalones! ¡Me los compre en el Primark para tías!”.
Háganse una idea de por dónde discurrió la noche…
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