The Black Lillies y Elder Shaker en Madrid. Una noche antológica.

Ante una sala a reventar saltaron puntualmente a escena Elder Shaker. Esta banda madrileña le pega en muchos temas al rock con reminiscencias americanas como si fuesen oriundos del Medio Oeste Norteamericano, pero en otros como es el caso de “Sigur”, recuerdan a grupos más actuales y desmarcados de esa esencia como pudieran ser Kings Of Leon. Con un Ep publicado hasta el momento, ya tienen una legión de fans, y sinceramente, por lo visto el sábado pasado, les auguramos un brillante porvenir. Con temas de melodía deliciosa cómo “Old Road” (para él que suscribe un auténtico himno) o “London”, se metieron rápidamente en el bolsillo a la audiencia. En una performance en crecimiento tuvieron tiempo para atacar temas del que será su próximo álbum, para recordar a Neil Young, o para el lucimiento de su guitarrista. Síganles la pista porque su próximo trabajo promete.

Con un ambiente inmejorable aparecieron en escena The Black Lillies. Una grata sorpresa constatar el interés que habían despertado en la audiencia madrileña en su primer salto a la vieja Europa. Venían con una reputación contrastada en su país de origen, numerosos premios les avalan, pero no estaban (hasta esta gira) en el circuito de bandas con el foco puesto por la mass media musical. Cuatro discos de estudio, el último “Hard to Please” de 2015, y seis músicos en escena, pedal steel incluida, para deleitarnos con un repertorio de música americana real, sin filtros, con sabor a bourbon, chuletones de barbacoa y camiones gigantescos atravesando las legendarias Routes de los “States”.

Ni un minuto había pasado del comienzo de su set y ya estábamos todos obnubilados. Con su sombrero vaquero, al frente Cruz Contreras, vocalista y líder de la banda, pura sinceridad interpretativa, autenticidad a borbotones y una voz que querrías estar escuchando todo el día. Respaldándole, una BANDA de las que sorprende su juventud por su gran profesionalidad, sentimiento en lo que hacen, y lo grandísimos músicos que son. Especial mención a su guitarrista, Mike Seal, qué con un virtuosismo equiparable al mejor Steve Vai, da mucho sentido a todas las composiciones, y por otra parte, las aportaciones vocales tanto de Haley Cole (el toque femenino fundamental para refrescar muchos temas) como del bajista Sam Quinn, auténtica coral fajándose por demostrar quién lo hacía mejor.

Como era natural, su último trabajo fue el principal protagonista de la noche. Con momentos estelares en temas como el que le da título “Hard To Please” o la increíble balada con toque country-soul “Mercy”. Tuvieron tiempo de acordarse también de grandes canciones de discos anteriores, “The Fall” o “Two Hearts Down”, produciendo perplejidad absoluta y goce total saboreando lo que uno entiende como el auténtico sonido Americana, y pusieron la sala bocabajo cerrando la noche con la mejor versión que he escuchado del “Honky Tonk Women” de Sus Majestades. Una hora y media de disfrute, de entrada amortizada y de ese buen sabor de boca que dejan los conciertos en los que te vas con la sensación de que podrías haber estado escuchando al grupo toda la noche.

En definitiva, una noche para enmarcar, con uno de los grupos que más sensibilidad desprende desde las tablas de los que haya visto últimamente, con una coherencia y calidad interpretativa exagerada, y con ese regusto a aroma yanqui que dejan los buenos grupos americanos y que es inimitable desde este lado del charco. Estaremos muy atentos para próximas visitas.

Cortesía de Alegría García

Cortesía de Alegría García