The Fuzztones en El Sol - Madrid (29/04/2017)

The Fuzztones en Madrid tienen una legión de fans. A pesar de ser sábado en un puente interminable, de la extensa oferta musical de calidad que ofrecía la ciudad durante esos días, y de la jornada de perros, meteorológicamente hablando, que se había presentado, los incondicionales de casi siempre se dieron cita en masa con la banda de Rudi Protrudi en el Foro.

Fotografía de Paula Rodríguez
Muchas camisetas de las Phamton Vox cruzadas con la calavera y una media de edad que estaría entorno los 40, siendo generoso, hacían suponer que para gran parte de los asistentes no era la primera vez que asistían a uno de los más potentes aquelarres de fuzz, de los que se puede disfrutar a nivel internacional desde mediados de los 80’s. Y es que no es para menos… a The Fuzztones hay que verlos por lo menos una vez en la vida, por lo que hacen, por lo que representan y sobre todo, porque a pesar de que pasen los años, siguen en forma como pocas bandas de su época.

Saltaron a escena los acompañantes de Rudi, una banda realmente joven y multinacional: Marco Rivagli a las baquetas, David Thorpe con su bajo Phantom Vox, Vinny a la guitarra y Nico Secondini  en los teclados sustituyendo a Lana Loveland. Jóvenes pero ciertamente integrados, como si llevaran toda la vida junto al líder. Abrieron la noche con el instrumental “Blues Theme” para llamar la atención del respetable sobre las tablas, antes de que saltara el maestro de ceremonias a escena, pertrechado con su armónica para que nos volviéramos todos locos con el “1-2-5”. De aquí en adelante nos esperaría un show de una hora y cuarenta minutos de auténtico sudor y desmelene.

Los clásicos fueron cayendo para disfrute del personal que no paraba de saltar, bailar, cantar… "Bad News Travel Fast", "Action Speaks Louder Than Words", "Hurt On Hold", "Ward 81" o “Nine Months Later” hacían subir la temperatura por momentos y testificaban la buena salud interpretativa de la que disfruta Rudi. Un auténtico animal de escenario, que a pesar de llevar más de treinta años tocando muchos de sus hits, daba la sensación de hacerlo por primera vez, con una fuerza contagiosa que invitaba al movimiento frenético. Una auténtica pasada. Entre tanto, Marco, el batería, aprovechaba de vez en cuando para montar su propio show, saludando subido en la banqueta, tocando encima del bombo, o haciendo lo propio desde el suelo. Un buen motivo para pensar que se trata de una banda en la que cada uno tiene su papel a pesar del gran halo del jefe indio.

Cortesía de Alegría García
Tuvieron tiempo para tocar algún tema más reciente como "Don't Speak Ill of the Dead", o el psicodélico "Black Lightning Light", dejando más que satisfechos a sus fieles. Tristemente la diversión no podía durar toda la noche, pero tras un breve descanso para tomar aire y ser reclamados obsesivamente para su vuelta a escena, llegó la catarsis. A los primeros acordes de “Strychnine” la locura colectiva invadió la sala que estaba a reventar. No creo que nadie estuviera impasible, el jolgorio se apoderó de El Sol para enfatizarse con el siguiente trallazo, “Cinderella”. Qué manera más afortunada de terminar una velada imborrable y de dejarnos con la miel en los labios y con ganas de muchísimo más.

A veces, ante conciertos de estas características, te sientes reticente porque no sabes cómo puede resultar debido a que en muchos casos los años no perdonan, y muy probablemente, tengas el recuerdo de conciertos anteriores en los que disfrutaste un montón y no quieres defraudarte por una imagen que borre aquella. También a veces, como en el caso que nos ocupa, sales con una sonrisa de oreja a oreja, deseando que no sea la última y poder volver a disfrutar de un bolo de esta envergadura cuanto antes. Para colmo, resulta que son humanos, y después de tan magnífico show se dejaron fotografiar con sus fans… Felicidades Rudi, vuelve pronto!!

Comentarios