PUNKTRIARCADO, Oi!CHISMO Y CENICIENT@S - Crónica NO FUTURE FEST VOL.3 - 15/11/2019 Sala Cool (Madrid)

Hace unas semanas en la sala Cool de Madrid, junto a No Mondays, asistí al enésimo concierto de punk-oi!:  NO FUTURE FEST VOL.3
The Business con Sebi al micro. Fotos: Muti
Ambos teníamos buenas razones. Javi es un apasionado de la música punk de los 70 y no quería perderse a los Cockney Rejects ni a The Business. Además, otro personajazo que conocemos los que aún mantenemos cierto romanticismo por el papel de las entradas de imprenta y por los vinilos, Alberto, de Escridiscos, abría el cartel con su banda Klobber

Así que a la hora de apertura de las discos light, con la loca Gran Vía atestada a la vista y el frío continental madrileño reduciendo el número de fumadores, empezaba otro festival en local. Cinco grupos, cinco horas por delante. 

Las discotecas tienen esa virtud y esa limitación, sabes que tiene que estar todo recogido para el cambio de día. Y de público. Les llamo l@s cenicient@s. Los yonquis de las 00:00 h. Me gustan especialmente los originales, cuando el calzado de los que salen es absolutamente diferente de los que esperan para entrar al garito. Esas hordas sudorosas saliendo del concierto calzadas en su amplia mayoría con botas militares o docs marteens…Y esa prieta fila masificada junto a la pared si es invierno; menos recta y apretada en verano, cuando a la salida esperan sandalias, mocasines y hasta chanclas romanas. 
 
El mítico Roi Pearce junto a The Business
Los primeros cincuenta festivaleros más dos camareras no nos perdimos cómo Klobber intentaba calentar un poco el enorme recinto subterráneo. No les resultó fácil a pesar de la energía desplegada por su cantante y acompañada por el resto del grupo.

Como no conocía la sala Cool agradezco a los arquitectos la amplia rampa continua que ayuda un poco a los que no somos amigos de los establecimientos bajo superficie. El sonido mejoró tras las primeras canciones que atronaron realmente mal. Así pudimos apreciar realmente a Klobber y la buena acústica de la sala.

Para eso, sonar bien, fueron creados estos negocios. Con Dj´s o conciertos. A veces se olvida, y me molesta. Como cliente y como aficionado a la música en directo. Tanto como para no volver a determinados sitios en esta ciudad, aunque toque alguien interesante.

Subiendo y bajando entre conciertos, para tomar el aire y contaminarlo, iba pensando en la polémica tuitera del día, los Def Con Dos ofendiendo a sus histéricos defensores de otras ocasiones y a la política local, donde el palabro aborticidio, no el grupo mexicano, era el tema estrella. Un día de estos. Marmota tras marmota durmiendo. Un bucle de hámsters humanos. Eso me pasa ahora con los festivales o grandes conciertos con varios grupos. Y es culpa de las mujeres, pese a no ser un misógino. Porque es la ausencia de mujeres en escena lo que me hace seguir dando vueltas a la lavadora. La mental, claro.
Jenny Woo acompañada por una banda de músicos locales

Repasaba la entrevista de Gabriela Pérez en ElAlejibre.net a la canadiense Jenny Woo mientras ésta salía a escena para empezar su actuación. Con desparpajo propio de quien lleva pisados muchos escenarios y multitud de callos (no está sola en eso). Tiene voz, tiene talento y el suficiente repertorio para hacer bailar al personal, que a esas horas ya pasábamos de la segunda centena.

Hubo despliegue de banderas, eslóganes y proclamas libertarias entre las primeras filas, donde había paridad si bajamos a la entrepierna. En la parte de arriba, debajo de la piel de tantas cabezas, unanimidad: hay un mínimo común que me sigue pareciendo correcto. Con Jenny Woo también. Aprovechó sus minutos de principio a fin.

Visitando los puestos de merchandising, donde atendían otras tres mujeres, le pedí un eurillo a Javi para pillar una chapa de Jenny Woo como recuerdo y enfilamos la cuesta de acero pintada e iluminada de gris claro, de nuevo. Sin prisas. Con risas. Cuatro tramos de subida y cuatro grupos. Lo siento por los chicos de Frontkick, pero necesitábamos echar algo sólido al gaznate. Viejos conocidos de los escenarios de Europa, nunca defraudan. Aunque solo disfrutamos de sus últimos compases el respetable que se quedó parecía muy satisfecho al finalizar. 

Fontkick en acción.

A nosotros nos había dado tiempo a analizar e improvisar razones de la escasez femenina bajo los focos. Javier, con razón, apuntaba al hecho numérico e histórico. Pocas féminas en los inicios. Y pocas en total.

Sea por lo que sea, en España, desde Las Vulpes a Las Jennys de Arrolloculebro, aparecen poco sobre las tablas. Tal vez sea casualidad, pero por cada Texas Terri,  Sophie de Pussicat Kill, Juliette Lewis o The Donnas que toca, existen muchas otras que ni siquiera nos han dado la oportunidad de ver en directo. Desconozco la razón o razones. Conozco, eso sí, dónde no está el problema. Los pequeños promotores y las salas; ni Adolfo de Mad Madrid, ni el Indio de Gruta77, ni Mar de El Sol, ni Javi de Funhouse, ni muchos otros programadores de música en vivo ponen barreras. Al contrario, siempre están dispuestos a abrir sus escenarios, sin distinción por género.

Tampoco entre el público, hay cada vez mayor número de chicas dándolo todo en pogos, además de representar casi un tercio de la asistencia. Cuando he hablado con los músicos de la escena, nunca he detectado animadversión o misoginia. Ellas no opinan igual. Por definición, es un movimiento musical reivindicativo. En los últimos tiempos y gracias a la inmigración, cada vez es menos uniforme y caucásica la audiencia madrileña. No me pueden convencer de que el talento musical femenino escasea. Bodrios hay en todos lados, no tiene que ver con el sexo directamente. 

¿Debemos suponer falta de atractivo en taquilla?
Bueno, para eso The Interrupters o BadCop/BadCop deberían visitarnos de gira. Bandas en forma, con buenos repertorios y shows divertidos. Los primeros pasaron por Download de Madrid este año, en el tercer escenario. Aún de día fueron capaces de atraer una buena cantidad de gente. Durante poco rato, por los horarios festivaleros. Vendrán a Europa en 2020 girando con Weezer y Green Day. No pasarán por este Estado. Las segundas, ídem. Girarán con Antiflag, pero en la gira europea de estos. No en la parte española. 

Sólo nos quedaba apelar a la mala suerte, como la caída del cartel del Punk in Drublic de The Bombpops en el último momento. Así que sin respuestas pero con ganas de bajar al lío oi! nos echamos el último cigarrito. Esperaban dos grupazos.

Mike a las voces con The Business
The Business movilizaron a todo el personal, desde los enardecidos en primera fila a los deportivos pogos, de los coros de las ultimas filas a los compañeros de las otras bandas. Un alarde de caña cervecera, himnos futboleros y fiestón colectivo que ofrece un homenaje continúo al legado del desaparecido Micky Fitz. Hasta tres voces hubo al frente de las operaciones, pasando el testigo/micrófono con fluidez entre canción y canción, soltando chascarrillos de difícil comprensión en su dialecto londinense. Alguno pillaba Javi, que se reía a carcajadas cuando Steve Whale advertía a los fans sobre la posibilidad de infectarse con múltiples enfermedades si tocaban la camiseta que había lanzado al foso su colega Roi Pearce (cantante de The Last Resort) que empezaba ya a berrear el siguiente tema. 

Cockney Rejects. East End's Pride.
Cuando Cockney Rejects salieron a darlo todo en la Cool ya nos tenían ganados. Por ganas de verlos, por los estupendos grupos previos, por las birras ya bebidas…y también por las típicas gorras british que ahora son populares por una gran serie; Peaky Blinders.
Está claro que viajaron a pasarlo bien haciéndonoslo pasar de coña. Misión cumplida. Los hermanos Geggus y su banda de folloneros se instalaron en el buen rollo desde el minuto uno, después de pequeños problemas técnicos.

Unos cachondos, acérrimos del West Ham United, como los Booze&Glory que tocaban una semana después. Algo tiene ese club de fútbol londinense para atraer a tantos músicos sin salir de la mediocridad o depresión dentro del terreno de juego. La musa más rara de la historia.

Casi una hora después, habían provocado coros de volumen atronador, pogos y espirales, sonrisas y empujones, salpicaduras de cerveza y muchas, muchas ganas de volver a verles. Oi! Oi! Oi!

Joe Wild



Repertorio The Business


Repertorio Cockney Recjects

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